Contenidos del artículo
Qué debo saber sobre las cepas probióticas
Desde hace unos años, el conocimiento sobre probióticos, cepas probióticas y la microbiota ha crecido considerablemente, sobre todo gracias a los avances en el conocimiento del papel de la microbiota en la salud y enfermedad.
Citando a la Organización Mundial de la Salud, los probióticos son “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped”. Dentro de estos microorganismos, se incluyen diferentes tipos, como hongos o bacterias.
Teniendo en cuenta la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos, se necesitan los siguientes requisitos para que un organismo sea considerado como probiótico:
- Producir sustancias antimicrobianas.
- Resistencia a la cavidad donde van a implantarse o las que atraviesan hasta alcanzarla.
- No tener capacidad de transmitir su resistencia a los antibióticos.
- Que sea fácilmente cultivable y no pierda viabilidad durante su almacenamiento, ya que se tiene que administrar en grandes cantidades y con frecuencia para conseguir el resultado deseado.
- Proporcionar la misma actividad in vivo que ha demostrado in vitro.
Generalmente, las especies de bacterias Lactobacillus y Bifidobacterias son las más empleadas como probióticos, aunque también tienen mucha relevancia algunas levaduras como Saccharomyces boulardii.
Los probióticos pueden consumirse a través de algunos alimentos como el yogur o el kéfir o en forma de complementos alimenticios.
A la hora de elegir tomar un probiótico, debemos tener en cuenta varios aspectos como la cepa, especie y género. Esta nomenclatura es importante, ya que los efectos saludables atribuidos a una cepa concreta no pueden extrapolarse a otras cepas de la misma especie y al género completo.
De manera práctica, en Lactobacillus rhamnosus GG, que encontramos en Vitaplus® boulardii, Lactobacillus es el género, rhamnosus la especie y GG la cepa específica.
Mientras que algunos de los beneficios asociados a los efectos de los probióticos pueden estar muy extendidos entre los estudios de diferentes cepas, otros beneficios solo pueden atribuirse a cepas concretas de determinadas especies.
Para que estos atributos o beneficios se atribuyan a los probióticos, deben estar demostrados mediante estudios con metodología científica en humanos. Además, cuando a una cepa se le atribuye un beneficio, por ejemplo, la prevención de diarrea asociada a antibiótico para Lactobacillus rhamnosus GG, no se le puede atribuir otra indicación como la prevención de cistitis.
En cuanto a la cantidad, se considera que un probiótico debe contener como mínimo 1×10^9 Unidades Formadoras de Colonias (UFC). Es una forma de asegurar que un número considerable de microorganismos llegan al intestino tras pasar por el esófago y estómago, donde muchos se pierden a causa de los jugos gástricos.
¿Para qué sirven las cepas probióticas?
Si llegados a este punto te estás preguntando ¿en qué momentos es aconsejable tomar probióticos?, a continuación, te dejamos algunas de las principales áreas en las que se emplean cepas probióticas.
Restablecimiento del equilibrio de la microbiota
La microbiota intestinal puede alterarse con facilidad, por una causa exógena o fisiológica. Es muy común el uso de probióticos durante episodios de diarrea aguda, diarrea asociada a antibióticos o diarrea del viajero. Lactobacillus rhamnosus GG o Saccharomyces boulardii, son cepas probióticas con alta relevancia en estos tipos de diarreas.
Al igual que la microbiota intestinal, el equilibrio de la microbiota vaginal también puede alterarse y los probióticos también contribuyen a restaurar el equilibrio. En situaciones como la vaginosis bacteriana o vulvovaginitis bacteriana, la mezcla Lactobacillus plantarum, Lactobacillus rhamnosus y Bifidobacterium animalis lactis, es la más recomendada.
Mejora de problemas gastrointestinales
Otro de los principales empleos de los probióticos es para los problemas como el Síndrome del Intestino Irritable, Trastornos Funcionales Intestinales, intolerancia a la lactosa o síntomas gastrointestinales como los gases, dolor o distensión abdominal y alteración de hábitos intestinales. La mezcla Lactobacillus acidophilus NCFM® y Bifidobacterium lactis Bi-07 mejora estos problemas gastrointestinales.
Prevención y mejora de enfermedades de la piel
Cada vez es más frecuente el empleo de probióticos en dermatología, en enfermedades como por ejemplo la psoriasis o la dermatitis. Algunos estudios han demostrado la efectividad de los probióticos en la prevención y mejora de síntomas como el picor o en las lesiones producidas.
Prevención de mastitis
Algunas cepas probióticas se han estudiado en la prevención de la mastitis durante la lactancia y también como coadyuvantes al tratamiento y mejora de síntomas.