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¿Qué es la Flora Saprófita?
¿Has oído hablar alguna vez de la flora saprófita?, ¿no? Puede que entonces te suene más el término microbiota, ¿verdad?
Las personas vivimos en armonía con la mayor parte de los microorganismos que se establecen en las diferentes partes del cuerpo. Se trata de un ecosistema microbiano que evoluciona en el organismo a lo largo de nuestra vida.
Esto se conoce como flora saprófita y está compuesta principalmente por bacterias, aunque también incluye hongos, arqueas, eucariotas inferiores y superiores y virus. Todos son importantes y necesarios para el correcto desarrollo de las funciones de la flora saprófita o microbiota que habitan en equilibrio con la parte corporal y contribuyen a mantener buenos estados de salud.
La flora saprófita se encuentra en diferentes zonas del cuerpo como la piel, la boca, la nariz, la garganta, el intestino o la vagina. Cuando los microorganismos se presentan en el organismo de forma habitual o permanente se conoce como flora saprófita, sin embargo, cuando los microorganismos solo colonizan el cuerpo por unas horas o días, sin llegar a establecerse, entonces hablamos de flora transitoria.
La microbiota se encuentra en diferentes partes del organismo, aunque principalmente se encuentra en el intestino, que, según la comunidad científica, es uno de los mayores ecosistemas conocidos.
Son varios los factores medioambientales que influyen en el desarrollo de las especies de microorganismos que forman la flora saprófita, como, por ejemplo, los hábitos alimenticios y los higiénicos, la contaminación atmosférica o el consumo de antibióticos. Esto puede producir una alteración transitoria en la flora saprófita que puede recuperarse por sí mismo, pero, también puede producir otros daños o favorecer el desarrollo de otros problemas como infecciones, debido a que otros microorganismos patógenos oportunistas consiguen acceder al organismo a causa del desequilibrio en la microbiota.
Factores que intervienen en la flora saprófita
Dentro de los principales factores que influyen en el funcionamiento y composición de la flora saprófita podemos considerar estos tres como principales.
Alimentación. La dieta y los hábitos alimenticios son esenciales para la constitución y equilibrio de la microbiota. Una dieta rica en grasas saturadas, pobre fibra, con proteínas de baja calidad y vegetales escasos, puede alterar el equilibrio y la diversidad de la flora.
Enfermedades. Algunas patologías de tipo digestiva, metabólicas o relacionadas con el sistema inmunitario están estrechamente relacionadas con la alteración de la microbiota.
Tratamientos o medicamentos e intervenciones. Prácticamente, cualquier tratamiento o medicamento puede alterar el estado y funcionamiento de la flora saprófita, al igual que algunas intervenciones quirúrgicas o procedimientos como una colonoscopia. Entre estos podemos encontrar los laxantes, antidepresivos, anticonceptivos o antibióticos.
Los antibióticos se utilizan para combatir infecciones y son de los tratamientos más habituales. A pesar de sus efectos curativos ante las infecciones, influyen de forma devastadora en el equilibrio de la microbiota intestinal. Digamos que, al tener como función destruir los microorganismos patógenos que están produciendo la infección, atacan a todos los microorganismos, sin ser capaz de distinguir entre los causantes del daño y los que forman parte la microbiota.
De este modo, se produce una alteración en la flora intestinal que puede desencadenar otros problemas, sobre todo, episodios diarreicos. En estos casos de Diarrea Asociada a la toma de Antibióticos, los probióticos están siendo una alternativa de elección entre los profesionales para ayudar a restaurar el equilibrio de la microbiota intestina.
Funciones de la flora saprófita
La principal función de la flora saprófita en todo el organismo es la de protegerlo y contribuir a su normal y correcto funcionamiento, ayudando a mantener buenos estados de salud.
En cuanto a la microbiota intestinal, las funciones que realiza son tres; función metabólica; función de barrera intestinal; función de modulación inmunológica.
Función metabólica
Los microorganismos de la flora ayudan a procesar ciertas sustancias que no han sido digeridas en el intestino delgado, dando lugar a ácidos de cadena corta y otros que modifican el pH intestinal, favoreciendo así la absorción de oligoelementos. Esto sirve de impulso para el funcionamiento de las células del intestino.
Además, contribuye a regular el metabolismo del colesterol y constituye un aporte de energía extra para el organismo, al tiempo que sintetiza vitaminas y metaboliza sustancias tóxicas.
Función de barrera intestinal
La microbiota (bacterias buenas) ejerce un potente efecto defensivo frente a la colonización de patógenos (bacterias malas) mediante varios mecanismos. Compitiendo por los nutrientes; produciendo sustancias antimicrobianas; mediante la excreción de sustancias antibióticas naturales; estimular la secreción del mucus, lo que dificulta la unión de patógenos al epitelio intestinal; segregar sustancias antimicrobianas contra los patógenos.
Función de modulación inmunológica
Las bacterias que forman la microbiota intervienen en el desarrollo del sistema inmunológico intestinal, encargado de la protección contra agente patógenos y principal fuente de células inmunitarias defensoras del organismo.