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Síntomas de la menopausia y su impacto en la calidad de vida
La menopausia es una etapa natural en la vida de una mujer que suele ocurrir entre los 45 y 55 años. Durante este período, los ovarios disminuyen su producción de hormonas, lo que desencadena una serie de síntomas físicos y emocionales que pueden variar considerablemente de una mujer a otra. Entre los síntomas más comunes se encuentran los sofocos, que son episodios de calor intenso, también conocidos como calores repentinos, acompañados a menudo de sudoración y enrojecimiento de la piel. Estos episodios pueden interrumpir la calidad del sueño, contribuyendo al insomnio y a una sensación de fatiga generalizada.
Además de los sofocos, las mujeres pueden experimentar cambios de humor, que incluyen irritabilidad, ansiedad y depresión. Estas fluctuaciones emocionales son, a menudo, resultado de la inestabilidad hormonal y pueden afectar significativamente las relaciones interpersonales y la vida diaria. La sequedad vaginal es otro síntoma que puede surgir durante la menopausia, generando incomodidad y dificultades en la actividad sexual.
La duración y la intensidad de estos síntomas varían ampliamente; algunas mujeres pueden experimentar una transición más suave, mientras que otras pueden enfrentar síntomas más severos que persisten durante varios años. En general, se estima que los síntomas menopáusicos pueden durar de uno a diez años, aunque la media es de alrededor de cuatro años. Este tiempo varía dependiendo de factores como la genética, estilo de vida y la salud general de la mujer. Por lo tanto, es fundamental que las mujeres que atraviesan esta etapa se informen adecuadamente y busquen apoyo para manejar los síntomas, contribuyendo así a mejorar su calidad de vida durante y después de la menopausia.
Relación entre la microbiota y los síntomas de la menopausia
Mantener una microbiota equilibrada es esencial, no solo para la salud digestiva, sino también para el funcionamiento adecuado del sistema endocrino. Un desequilibrio en la microbiota puede manifestarse de diversas maneras, como problemas gastrointestinales, inflamación y un aumento de la susceptibilidad a enfermedades. Durante la menopausia, las mujeres pueden experimentar síntomas donde la salud de la microbiota puede desempeñar un papel importante. A través del cuidado de la microbiota, es posible mitigar algunos de estos síntomas, promoviendo así una mejor calidad de vida en esta etapa de transición.
Durante la menopausia, puede haber cambios significativos en la composición de la microbiota, lo cual a su vez puede influir en la aparición y severidad de los síntomas asociados a esta etapa. Diversos estudios recientes han investigado la relación entre un microbioma equilibrado y la regulación hormonal, revelando hallazgos importantes sobre cómo la salud de la microbiota puede afectar la experiencia de la menopausia.
Una microbiota saludable, rica en bacterias beneficiosas, puede ayudar a regular el metabolismo de los estrógenos, facilitando la reducción de malestares. Investigaciones han demostrado que ciertos probióticos pueden impactar positivamente en la metabolización de hormonas, sugiriendo que la corrección de desequilibrios en la microbiota podría aliviar algunos de los síntomas más incómodos de la menopausia.
Además de los síntomas físicos, la salud de la microbiota vaginal también juega un papel crucial. Un microbioma vaginal equilibrado puede influir en la lubricación y la salud sexual, afectando el bienestar emocional de las mujeres durante la menopausia. Las mujeres que experimentan una disminución en la diversidad microbiana vaginal pueden tener una mayor incidencia de molestias y cambios en su salud sexual, lo que puede agravar el estrés emocional y los cambios de humor.
Consejos para cuidar la microbiota durante la menopausia
Como hemos visto en este artículo, cuidar de la microbiota durante la menopausia es fundamental para mejorar la salud en general y mitigar los síntomas relacionados con este período de cambios en la vida de la mujer. Durante la menopausia, la población de Lactobacillus de la vagina tiende a disminuir gradualmente debido a la previa bajada de estrógenos. Como consecuencia de ambas, se genera sequedad y atrofia vaginal que pueden provocar dificultades en las relaciones sexuales.¹
Para lograr un equilibrio en la microbiota, es recomendable adoptar ciertos hábitos alimenticios y de estilo de vida. En primer lugar, es esencial incorporar una dieta rica en fibra, la cual se encuentra en frutas, verduras y granos integrales. Los alimentos ricos en fibra ayudan a promover el crecimiento de bacterias benéficas en el intestino, favoreciendo así una microbiota saludable.
Se sugiere también el uso de probióticos, que son organismos vivos que contribuyen a la salud intestinal. Estos se pueden encontrar en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir o el chucrut. Los probióticos ayudan a restaurar el equilibrio de la microbiota y pueden ser especialmente beneficiosos para las mujeres que experimentan síntomas de menopausia, como cambios en el estado de ánimo y problemas digestivos. Alternativamente, los prebióticos, que son compuestos no digeribles que alimentan a las bacterias buenas, también son importantes. Fuentes de prebióticos incluyen plátanos, ajo, cebolla y espárragos.
Por último, mantener un estilo de vida activo es crucial. La actividad física regular no solo mejora el bienestar físico, sino que también promueve una microbiota en equilibrio. La actividad moderada, como caminar o practicar yoga, puede tener efectos positivos en la salud intestinal. Por último, es imprescindible considerar la consulta con un profesional de la salud. Cada mujer es diferente y un especialista puede ofrecer un enfoque personalizado que contemple la dieta, posibles suplementos probióticos y recomendaciones adaptadas a las necesidades específicas, contribuyendo así a un mejor manejo de los síntomas de la menopausia.
Además de estos, hay otros consejos que se pueden consultar en este artículo bastante útiles para el objetivo final de intentar aliviar los síntomas de la menopausia. Por otro lado, un buen aliado, puede ser nuestro producto Actifemme® ResD3. Es un complemento alimenticio con Resveratrol, Vitamina D y Vitamina E que ayuda a reducir los sofocos², tiene un efecto cardioprotector y neuroprotector y una acción antioxidante que aportada por el resveratrol³. Según estudios realizados con el producto, su tasa de eficacia en la disminución de la intensidad de los sofocos es de un 78,6% y en un 60% de los casos reduce el número de sofocos².
Bibliografía
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Frémont L. Biological effects of resveratrol. Life Sci. 2000 Jan 14;66(8):663-73. doi: 10.1016/s0024-3205(99)00410-5. PMID: 10680575.