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La microbiota intestinal después de una colonoscopia
La colonoscopia es una de las pruebas más rutinarias dentro de nuestro sistema salud, se realizan con el principal objetivo de detectar y hacer seguimiento de posibles patologías gastrointestinales, como, por ejemplo, la enfermedad inflamatoria intestinal. Sobre todo, ahora que ha sido incorporada como una prueba de cribado del cáncer colorrectal en personas sanas con más de 50 años.
Se trata de una prueba que se utiliza para detectar cambios o anomalías en el intestino grueso o colon y recto. El examen se realiza mediante la inserción de un colonoscopio por el recto y que va recorriendo todo el colon observando la mucosa y paredes intestinales. Es un tubo largo y flexible con una cámara en el extremo para que el médico pueda ver todo el interior del intestino grueso.
Además de la cámara, el colonoscopio cuenta con otra cavidad por la que se pueden introducir utensilios que permiten la realización de intervenciones durante el desarrollo de la prueba, como la extirpación de pólipos o la toma de muestras de tejido (biopsias).
Gracias a la colonoscopia se pueden detectar de forma temprana, cambios o alteraciones en el intestino, pero, para que esto suceda, el intestino debe estar vaciado completamente. Para realizar este vaciado íntegro, debe hacerse de forma radical, lo que puede afectar a la microbiota intestinal. Por suerte, se puede restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal.
Una microbiota intestinal sana está compuesta por bacterias y otros microorganismos que cohabitan en equilibrio, lo que contribuye a mantener buenos estados de salud, principalmente por su función de barrera defensiva. Cuando este equilibrio se altera y se produce una disbiosis, el organismo se ve más expuesto a sufrir posibles infecciones o síntomas molestos.
Alterar la microbiota es bastante fácil, puede darse a causa del estrés, toma de medicamentos como los antibióticos o por una mala alimentación.
¿Cómo afecta la colonoscopia a la microbiota intestinal?
Llegados a este puntos, se puede decir que la colonoscopia puede influir en la microbiota intestinal por dos vías.
Por un lado, la administración de laxantes para el vaciado de los intestinos previo a la colonoscopia, puede alterar el equilibrio de la microbiota intestinal. Esta solución actúa diluyendo las heces, para facilitar el proceso de expulsión y arrastrando todo el contenido, para dejar todas las paredes intestinales limpias. Importante durante este proceso, tener cuidado con la deshidratación.
Esta actuación puede resultar agresiva para la microbiota intestinal y alterar su equilibrio y composición a corto plazo.
Del mismo modo que los antibióticos afectan y alteran la microbiota intestinal, los laxantes también, en el siguiente estudio1 se observó cómo diferentes medicamentos influían y afectaban a la microbiota intestinal, entre ellos, los laxantes.
Por lo tanto, una suave y lenta recuperación de microbiota es una alternativa sensata después de la realización de una colonoscopia.
Además, la administración de la solución laxante previa a la realización de una colonoscopia provoca cambios irreversibles sobre la microbiota en algunos pacientes.
Por otro lado, durante el desarrollo de la colonoscopia, la microbiota que ha resistido al laxante puede verse arrastrada hacia el exterior mediante el colonoscopio empleado para el desarrollo de la prueba. Recordemos que, en esta prueba, el aparato empleado tiene que recorrer todo el intestino, ida y vuelta, y que durante ese recorrido puede arrastras consigo parte de la microbiota intestinal y viendo alterada sus diferentes funciones.
¿Cómo restaurar la microbiota intestinal alterada después de la colonoscopia?
La alimentación juega un importante papel en la salud en general del organismo y, por lo tanto también, en la salud de la microbiota intestinal. Es aconsejable seguir una dieta variada y equilibrada, evitar el consumo de alcohol y el tabaco. También se recomienda realizar ejercicio de forma regular.
Otra forma de ayudar a restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal es a través de los probióticos, los probióticos son microorganismos vivo que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio a la salud del consumidor.
Queda claro pues que hablamos de organismos externos al individuo que, en general, requieren de cantidades muy elevadas, del orden de 100 a 1000 millones de células por dosis, para ejercer un efecto notable.
Estos microorganismos actúan principalmente sobre la microbiota intestinal, contribuyendo a su normal funcionamiento. Para consumir probióticos, puede hacerse a través la incorporación a la dieta de alimentos como el yogur, kéfir o chucrut o a través de complementos alimenticios.
Vitpalus® IB Support es un complemento alimenticio compuesto por las cepas probióticas L. acidophilus NCFM® y B. lactis Bi-07®, Vitamina D3 y Vitamina B12, siendo NCFM® una de las cepas más estudiadas del mundo.
Vitaplus® IB Support ayuda a mejorar síntomas como la hinchazón o distensión abdominal asociados al Colon Irritable, ayuda a restablecer la microbiota intestinal y mejora los síntomas abdominales después de la colonoscopia, reduciendo los días de dolor. Además, las Vitaminas D3 y B12 contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario.
Artículos y páginas consultadas:
https://www.nature.com/articles/s41467-019-14177-z.pdf