5 consejos para cuidar tu salud íntima en verano
Este año, el verano se ha presentado sin avisar. Los días son más largos, el clima ha mejorado y las piscinas y vacaciones asoman a la vuelta de la esquina. El clima cálido puede afectar a la salud vaginal, alterando el delicado equilibrio de la microbiota vaginal, por lo que, debes prestarle especial tu salud íntima en verano.
Esta época en la que se pasa más tiempo en la playa o nadando en piscinas, está genial, pero esta humedad constante, puede ocasionar problemas en la zona y afectar a la salud íntima en verano. El calor y humedad son las condiciones idóneas para que los hongos crezcan.
Además, durante las vacaciones, se da también un factor de cambio en la rutina y hábitos, como pueden ser la ingesta de comidas más pesadas, beber menos cantidad de agua o la dificultad para ir al baño con frecuencia. Estas alteraciones pueden afectar a la microbiota vaginal e intestinal y producir infecciones urinarias, vaginales o problemas digestivos.
A continuación, te dejamos 5 consejos, muy fáciles de seguir y que te ayudarán a evitar infecciones y molestias íntimas durante las vacaciones y a cuidar tu salud íntima en verano.
Consejos para cuidar la salud íntima en verano
1. Evitar la ropa mojada o húmeda
Como hemos dicho, un ambiente húmedo y cálido, es caldo de cultivo para los microorganismos fúngicos, desencadenantes de posibles infecciones, como la candidiasis. Por esto, hay que evitar permanecer mucho tiempo con la ropa mojada puesta, es muy importante secarse bien al salir del agua y cambiarse la ropa de baño, para que la zona íntima pueda airearse. Igualmente, si se suda mucho, también se debe cambiar la ropa con asiduidad.
2. Higiene íntima adecuada para la salud íntima en verano
Si bien es cierto que la vagina no hay que lavarla, ya que se limpia por sí sola, sí hay que cuidar la higiene íntima externa, de hecho, los productos de uso interno, como las duchas vaginales, favorecen el desarrollo de infecciones al alterar la flora vaginal.
La higiene íntima externa ayuda a que las bacterias que se encuentran en el exterior, en la zona perineal, no accedan a la vagina o uretra, ¿esto quiere decir que se puede usar cualquier jabón o gel de ducha? No, para nada es aconsejable, la zona íntima tiene un pH específico, diferente al resto del cuerpo, por lo que debe usar un gel específico que respete el pH vaginal.
De forma normal, el pH vaginal es ácido, sobre 4.5, por lo que debe usarse un gel con este pH de forma habitual, como Actifemme íntimo fisiológico, que calma, hidrata, regula el pH y protege, evitando el desarrollo de bacterias. Sin embargo, cuanto tenemos una candidiasis, se aconseja usar un gel íntimo con pH alcalino, ya que el hongo cándida no sobrevive en este ambiente, por lo tanto, evitaríamos su proliferación, como Actifemme íntimo alcalino con pH8 y Aceite del Árbol del Té, que ayuda a calmar el picor y escozor producido por la candidiasis.
3. Ropa interior adecuada
Continuando con la ropa interior, es necesario prestar atención al tejido que seleccionamos, siempre es aconsejable usar la ropa interior de algodón, ya que es una tela que permite que la zona transpire, contribuyendo al cuidado de la microbiota vaginal y evitando el desarrollo de baterías y hongos. Las telas naturales que absorben o expulsan la humedad ayudarán a mantener su área íntima, seca y libre de infecciones.
4. Cambiar compresas y tampones con frecuencia
Durante los meses de verano, las compresas y tampones deben cambiarse con mayor frecuencia, cuanto mayor es el tiempo, más humedad absorben y mayor expuesta queda la vagina al sobrecrecimiento de patógenos responsables de las infecciones de orina o cistitis e infecciones vaginales. Una opción es optar por el uso de la copa menstrual, que es más respetuosa con la zona íntima y que evita la sequedad. Además, es una alternativa más económica y más respetuosa con el medio ambiente.
5. Tomar algún complemento
Una opción muy interesante es incluir algún probiótico específico para cuidar la salud vaginal. Actifemme Óptima está formulado con cepas investigadas de Lactobacillus y Bifidobacterium que han demostrado sobrevivir para llegar vivas a la vagina y mejorar los síntomas de infecciones fúngicas y bacterianas, además de evitar sus recurrencias. Además, contiene Vitamina B2 que contribuye al mantenimiento de las mucosas en condiciones normales.