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QUÉ DEBES SABER SI ESTÁS TOMANDO ANTIBIÓTICOS
Los tratamientos con antibióticos no son selectivos, destruyen todas las bacterias que pueblan nuestro organismo, dejándonos indefensos durante un tiempo ante la acción de nuevos organismos infecciosos.
Tomar probióticos durante y después de un tratamiento con antibióticos nos ayudará a prevenir la aparición de infecciones como la Candidiasis vaginal, cuadros diarreicos e incluso otitis, conjuntivitis, faringitis y gingivitis, asociadas a este periodo de debilidad provocado por el necesario tratamiento.
Los antibióticos son un recurso necesario de la medicina actual. Sin embargo, muchas veces desconocemos su mecanismo de acción, lo que nos lleva a usarlos erróneamente.
Cuando tomamos antibióticos, destruimos todas las bacterias de nuestro organismo, tanto las buenas como las malas, el medicamento no hace excepciones. Esto es muy importante, porque las bacterias que pueblan nuestro organismo determinan el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico, de nuestro sistema digestivo, el buen estado de nuestra piel e incluso el buen funcionamiento del cerebro.
Muchas veces nos preguntamos el motivo por el cual después de haber sufrido una infección bacteriana nos sorprende una nueva infección, o incluso, pensamos que hemos recaído. Y no es así. El origen de la segunda infección suele ser el haber tomado antibióticos de amplio espectro para tratar la primera.
Una vez el antibiótico ha “barrido” las bacterias (tanto malas como buenas) de la microbiota, deja un “hueco” que los patógenos oportunistas pueden aprovechar para infectar la zona.
Por ello, si estás tomando antibióticos o los has hecho en el último mes, habrás destruido gran parte de tu microbiota, por lo que será necesario restaurarla, y para ello, es recomendable tomar probióticos. De esta manera, nos aseguramos de repoblar la microbiota de bacterias buenas.
AFECCIONES DESPUÉS DE TOMAR UN ANTIBIÓTICO
Tu zona íntima, tu primer punto débil.
Candidiasis vaginal: Tu punto más vulnerable después de un tratamiento con antibióticos es tu zona íntima, ya que uno de los microorganismos más oportunistas es el hongo Candida. Debido a que el fármaco altera la microbiota vaginal y la deja «desprotegida» (elimina los lactobacilos que mantienen el pH vaginal), el hongo invade la zona provocando candidiasis vaginal.
Según un estudio publicado por ‘Farmacéuticos Comunitarios’, la toma de probióticos durante el tratamiento con antibióticos disminuye el riesgo de sufrir candidiasis.
Actifemme® Óptima es un probiótico que ayuda a restaurar y mantener el equilibrio de la microbiota vaginal normal y a prevenir infecciones bacterianas y fúngicas.
Actifemme® íntimo alcalino es un gel de higiene íntima específico para usar durante una candidiasis, ya que está formulado con pH8, es decir, alcalino, lo que impide la proliferación de la Cándida. Ayuda a calmar el picor, escozor e irritaciones de la piel en caso de Candidiasis.
Tu estómago, el segundo punto débil.
Diarrea, vómitos o dolor abdominal. Son precisamente estos los efectos secundarios más habituales de la toma de antibióticos. Según un estudio publicado por la ‘Revista Española de Enfermedades Digestivas’, hasta un 20% de las personas tratadas con antibióticos sufren procesos diarreicos tras tomarlos. Esto también es consecuencia de nuevas infecciones propiciadas por esta situación de vulnerabilidad, tras el tratamiento original.
Los antibióticos pueden dar lugar a una diarrea por dos mecanismos: el primero es su propio efecto tóxico directo en el intestino, y el segundo una alteración de la microbiota intestinal, reduciéndose ciertas poblaciones de bacterias intestinales con funciones particulares sobre el metabolismo de los azúcares, o permitiendo que puedan multiplicarse bacterias resistentes que producen la diarrea (como Clostridium difficile).
Por ejemplo, la E. coli, bacteria que suele vivir en el intestino sin causar daños, es considerada «oportunista» porque algunas de sus cepas son capaces de provocar gastroenteritis, aprovechando que el antibiótico ha dejado «tocado» el sistema inmune para parasitar el estómago.
Entre los antibióticos que causan con mayor frecuencia la selección de estas bacterias están la clindamicina, la ampicilina, la amoxicilina y las cefalosporinas (independientemente de que se administren por vía oral o intravenosa). Menos frecuentemente se atribuye a otras penicilinas, quinolonas, eritromicina, trimetoprim-sulfametoxazol, cloranfenicol y tetraciclinas.
La aparición de las diarreas tras la toma de estos fármacos es más frecuente en pacientes de edad avanzada, malnutridos, con otras enfermedades asociadas u operaciones abdominales recientes, e ingresados en instituciones (hospitales, centros geriátricos, residencias, etc.).
Se ha demostrado, tanto en adultos como en niños, que el uso de probióticos y prebióticos específicos y con estudios clínicos que lo avalen, previenen la aparición de diarreas asociadas a antibióticos y protegen al intestino de los efectos secundarios de determinados antibióticos.
VitaPLUS® Boulardii combina probióticos y prebióticos para prevenir las diarreas asociadas a la toma de antibióticos, diarreas del viajero, gastroenteritis aguda… Su fórmula combina una levadura probiótica denominada Saccharomyces boulardii, con lactobacillus rhamnosus GG y fructooligosacáridos. Contiene las 2 cepas probióticas más estudiadas y con mayor evidencia en guías internacionales.
Otras infecciones asociadas
No solo tu zona íntima o tu estómago pueden sufrir tras un tratamiento con antibióticos. Debido a que el sistema inmune queda con “la guardia baja”, es fácil sufrir todo tipo de infecciones. Otras de las más habituales tras la ingesta de estos fármacos son las otitis, las conjuntivitis, las faringitis y las gingivitis.