La microbiota intestinal, compuesta por trillones de microorganismos que habitan en nuestro tracto digestivo, juega un papel crucial en la regulación del metabolismo y la salud general del organismo. Estudios recientes demuestran que la composición de estas bacterias puede influir significativamente en el desarrollo de la obesidad. Investigaciones indican que ciertas especies de bacterias en la microbiota están asociadas con un mayor riesgo de aumento de peso y acumulación de grasa en el cuerpo.
Algunas bacterias, a través de la absorción de nutrientes, pueden producir ácidos grasos de cadena corta que se absorben en el intestino y tienen efectos metabólicos sobre el tejido adiposo que se traducen en sensación de hambre, el almacenamiento de grasa o incluso resistencia a la insulina en los peores casos. Por ello es fundamental mantener un equilibrio en nuestra microbiota intestinal, esta parte es primordial en nuestro cuerpo para estar sanos.
Por otro lado, la dieta es un factor determinante en la composición de la microbiota. Consumir una dieta rica en alimentos procesados y azúcares puede favorecer el crecimiento de especies bacterianas asociadas con la obesidad, mientras que una dieta rica en frutas, verduras y fibras promueve un perfil de microbiota más saludable. Adicionalmente, otros factores como el estrés, la falta de sueño y el uso de antibióticos también pueden alterar la microbiota intestinal, favoreciendo el desarrollo de distintas condiciones insalubres.
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¿Cuáles son las bacterias asociadas a la obesidad?
La relación entre la microbiota intestinal y la obesidad ha sido objeto de numerosos estudios que han identificado diversas especies bacterianas influyentes en este fenómeno. Se ha observado que existe una diferencia considerable en la diversidad y abundancia de las poblaciones de bacterias en individuos con sobrepeso en comparación con aquellos que mantienen un índice de masa corporal saludable. Particularmente, las bacterias de los géneros Firmicutes y Bacteroidetes han sido extensamente investigadas debido a su impacto en el metabolismo y la absorción de nutrientes.
Investigaciones han revelado que una mayor proporción de Firmicutes en la microbiota intestinal puede asociarse con un aumento en la absorción de calorías y, por lo tanto, en el riesgo de obesidad. Estas bacterias son eficientes en la descomposición de carbohidratos complejos. En contraste, las especies de Bacteroidetes suelen ser menos abundantes en individuos obesos. Se ha sugerido que un equilibrio óptimo entre estas dos poblaciones bacterianas es crucial para la regulación del peso corporal.
¿Cómo se puede conseguir un equilibrio entre las bacterias Firmicutes y Bacteroidetes?
Las personas con una dieta rica en vegetales o con un índice de masa corporal (IMC) bajo suelen tener los niveles de ambas bacterias equilibrados o incluso más Bacteriodetes que Firmicutes.
Por el contrario, las personas con obesidad o IMC más elevado, tienden a tener más Firmicutes que Bacteroidetes.
En los casos de personas con índice de masa corporal normal, el ratio de Firmicutes: Bacteroidetes tiende a ser menor que en las personas con obesidad, aunque también se habla de una ligera prevalencia Firmicutes sobre Bacteroidetes.
Todos sabemos que mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio de forma regulada nos pueden ayudar a mantenernos en un peso normal y evitar así otras complicaciones pero según los nuevos estudios, los probióticos también pueden influir en estos hábitos para alcanzar una salud óptima en lo que se refiere al índice de masa corporal (IMC). Y es que, han revelado que los probióticos fomentan el equlibrio de estas dos familias de bacterias, que además, también son de las más numerosas en el microbioma intestinal.
Numerosos estudios refuerzan la idea de que cuidando la microbiota intestinal conseguimos una mejor salud, mejor estado físico y una barrera de defensas más fuerte ante microorganismos patógenos. Además, con una microbiota equilibrada también podemos evitar enfermedades de carácter autoinmune como por ejemplo la celiaquía o la diabetes, que en algunos casos también puede estar asociada a la obesidad.
Bibliografía
Farías N, María Magdalena, Silva B, Catalina, & Rozowski N, Jaime. (2011). MICROBIOTA INTESTINAL: PAPEL EN LA OBESIDAD. Revista Chilena de Nutrición , 38 (2), 228-233. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-75182011000200013