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Infecciones vaginales después de tomar antibióticos
¿Has sufrido alguna infección vaginal después de un tratamiento con antibióticos? Es más común de lo que pueda parecerte.
Esto se debe principalmente a que los antibióticos no son selectivos, es decir, no pueden seleccionar a qué bacterias destruir y a cuáles no. Esto quiere decir que además de los microorganismos patógenos se destruyen otros que son beneficiosos para el organismos como los que forman la microbiota.
La microbiota intestinal es un conjunto de microorganismos como bacterias y hongos que habitan en equilibro, lo que es fundamental para la salud del organismo.
Una microbiota sana es esencial para mantener el buen funcionamiento del sistema inmunológico, del sistema digestivo, el buen estado de la piel y de la salud general del organismo.
Esto supone que, cuando el antibiótico barre las bacterias, nos deja en parte indefensos ante la acción de organismos oportunistas infecciosos que aprovechan para acceder y extenderse produciendo infecciones.
Aunque los antibióticos son un recurso necesario y efectivo de la medicina actual, el desconocimiento sobre sus mecanismos de acción o sus efectos puede llevar a que se usen erróneamente.
Si has estado o estás tomando antibióticos es bastante probable que se haya destruido parte de tu microbiota y por lo tanto estés más expuesta a sufrir alguna infección, por ello será necesario tratar de recuperar su estado de equilibrio. Para ello, es recomendable el consumo de probióticos.
Tomar probióticos de forma simultánea y después de del tratamiento antibiótico puede ayudar a prevenir o evitar la aparición de infecciones vaginales o cuadros diarreicos asociados a la alteración del equilibrio de la microbiota causado por el antibiótico.
La zona íntima, una de las más afectadas
La microbiota vaginal es uno de los principales puntos afectados por el tratamiento antibiótico.
La microbiota vaginal es un complejo ecosistema construido por microorganismos que habitan en equilibrio en el aparato ginecológico, compuesto por más de 200 especies de bacterias diferentes entre las que predomina el género Lactobacilos y las especies más frecuentes son L. crispatus, L. iners, L. jensenii, y L. gasseri.
A causa de la toma de antibióticos, puede reducirse el número de Lactobacilos y alterarse el pH vaginal. De esta forma, algunos microorganismos pueden llegar a transformarse en patógenos si alcanzan proporciones superiores al grado de normalidad que les corresponde y pueden desencadenarse algunas enfermedades como las infecciones vaginales.
Entre las infecciones vaginales más frecuentes encontramos la vulvovaginitis candidiásica y la vaginosis bacteriana.
La candidiasis vaginal o vulvovaginitis candidiásica (VVC) es una infección inflamatoria de la vagina y la vulva, producida por hongos, fundamentalmente Cándida albicans (85%)
La cándida es un microorganismo normal de la microbiota vaginal, pero cuando se producen alteraciones por sobrecrecimiento o carencia de ciertas bacterias, se extiende y produce infección e inflamación provocando daño en la mucosa vaginal.
La vaginosis bacteriana suele producirse por las bacterias Gardnerella vaginalis, Prevotella, Peptostreptococcus, Mobiluncus y Mycoplasma hominis, que aumentan su concentración y reemplazan a la microbiota vaginal protectora, causando la infección y los problemas asociados.
Esta infección no siempre presenta síntomas, por eso, muchas personas no saben que la tienen. A veces los síntomas van y vienen, o son tan leves que no se perciben.
Una cosa muy importante que se debe tener en cuenta ante este tipo de infecciones es que presentan una alta tasa de recurrencia por lo que es conveniente tratar de erradicarlas por completo.
Probióticos para prevenir infecciones vaginales
Si te aparecen síntomas o sospechas que puedes tener una infección vaginal después de haber estado tomando antibióticos, es recomendable acudir a tu ginecólogo/a para que lo valore y te aconseje. Según el tipo y la gravedad de infección el tratamiento será diferente.
Algo que en los últimos años ha ido cogiendo fuerza ante las infecciones vaginales son los probióticos, tanto para la prevención como el tratamiento de forma conjunta a los antibióticos.
La aplicación de probióticos tanto de forma oral como local resulta una forma natural y eficaz de proteger la salud vaginal, cuidando el equilibrio de la microbiota vaginal.
Según un estudio publicado por ‘Farmacéuticos Comunitarios’, la toma de probióticos durante el tratamiento con antibióticos disminuye el riesgo de sufrir candidiasis (1).
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1.Fiz MJ, Andrés A. Relación entre la toma de antibiótico y la aparición de candidiasis . Farmacéuticos Comunitarios. 4 (Suplemento 1)