4 Consejos para cuidar la microbiota intestinal

microbiota-intestinalLa microbiota intestinal se desarrolla durante la fase lactante de las personas y se ubica en todo el tracto digestivo, a pesar de que su nombre pueda crear confusión. Se apela de esta forma porque el intestino es el que alberga una mayor cantidad de microorganismos. Entre estos microorganismos encontramos bacterias y hongos, beneficiosos y patógenos, entre otros.

Es la microbiota más estudiada y, por lo tanto, la más conocida. Algunas de sus funciones son beneficiar el funcionamiento normal de la digestión, es una defensa ante organismos patógenos y activa el sistema inmunitario.

En una microbiota sana, todos los microorganismos que la componen viven en perfecta armonía, por ello, en este artículo, queremos darte algunos consejos que te pueden ayudar a mantenerla en condiciones óptimas.

Alimentación adecuada

La alimentación es uno de los pilares sobre los que se sostiene la salud de cualquier persona y, si hablamos de microbiota intestinal, su efecto aún es mayor ya que los alimentos entran en contacto directo con el tracto digestivo.

Una de las recomendaciones puede ser aumentar el consumo de fibra. Esto es porque la fibra actúa como prebiótico de las buenas del intestino.

Por otro lado, es necesario tener en cuenta también el consumo de grasas y azúcares. Lo ideal es reducirlo ya que son alimentos que se digieren rápido y no sirven como alimento a los microorganismos beneficiosos que colonizan nuestro intestino. Además, pueden provocar el sobrecrecimiento de bacterias nocivas y alterar el equilibrio normal de la microbiota intestinal.

Introduce probióticos a tu dieta: Estos pueden ser muy beneficiosos para tu salud ya que pueden ayudarte a mantener la microbiota intestinal fuerte y evitar cualquier desequilibrio a favor de microorganismos patógenos.

Nuestra mejor recomendación para mejorar el sistema inmune es tomar nuestro Vitaplus® IB Support. Su fórmula posee una mezcla de las cepas probióticas NCFM® y BI-07, que combinadas pueden ayudar a reforzar el Sistema Inmunológico, reduciendo la incidencia del resfriado común y gripe (1). La cepa Lactobacillus acidophilus NCFM®, es considerada la cepa de la especie acidophilus más investigada del mundo (125 estudios in vitro, 47 estudios en animales y 54 estudios clínicos)

La dosis recomendada de Vitaplus® Ib Support para reforzar el sistema inmune en un adulto y conseguir resultados óptimos es de una cápsula al día durante 60-80 días.

También es importante mantener una hidratación adecuada porque favorece la digestión y el movimiento intestinal. Así se evita el estreñimiento y las alteraciones en la microbiota intestinal.

Ejercicio

El ejercicio moderado puede ayudar a mejorar la cantidad y diversidad de las bacterias que habitan en la microbiota intestinal, pero si se excede también puede provocar cambios no tan beneficiosos. Hacer ejercicio es importante y vital para mantener unas condiciones de salud óptimas, pero en su justa media para evitar consecuencias negativas.

Antibióticos

Cada vez es más frecuente que los profesionales recomienden a los pacientes alternativas a los antibióticos ya que estos pueden afectar al equilibrio normal de la microbiota y desencadenar segundas infecciones. Pueden ser necesarios para acabar con infecciones bacterianas, pero si vas a tomarlos, atent@ al siguiente consejo.

Probióticos

Estos pueden ayudarte a mantener en equilibrio la microbiota incluso bajo tratamiento con antibiótico. Es por ello por lo que se están recomendando con más frecuencia como coadyuvante a estos tratamientos, de esta forma evitamos también segundas infecciones provocadas por el desequilibrio que puede provocar el antibiótico en nuestra microbiota.

Los probióticos se pueden tomar también fuera del tratamiento antibiótico para evitar la disbiosis en la microbiota ante la entrada en nuestro organismo de cualquier microorganismo patógeno.

Bibliografía

1. Leyer, G.J., Li, S., Mubasher, M.E., Reifer, C., Ouwehand, A.C. (2009). Probiotic Effects on Cold and Influenza-Like Symptom Incidence and Duration in Children. Pediatrics; 124 (2): 172-179.