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Deshidratación en personas mayores
A medida que nos hacemos mayores debemos extremar los cuidados y ser más precavidos para poder mantener una buena calidad de vida.
Ahora en verano, sobre todo con las olas de calor, hay que extremar la precaución con la tercera edad pues la deshidratación es uno de los principales problemas que puede afectarles.
¿Por qué es más frecuente la deshidratación en personas mayores?
La deshidratación es la pérdida de agua y sales minerales hasta un punto que puede resultar dañino para nuestro organismo.
La pérdida puede deberse principalmente a estas 2 causas:
Pérdida excesiva de agua: producida por una gastroenteritis, fiebre, consumo excesivo de diuréticos, sudoración excesiva hemorragias o quemaduras.
Una menor ingesta de líquidos. La fisiología de las personas mayores hace que tengan mayor facilidad para la pérdida de agua y, además, disminuye la capacidad de responder a la sed. Puede también que alguna enfermedad dificulte la tarea de beber.
Normalmente la deshidratación en personas mayores se produce por una combinación de varios factores, por ejemplo, si la persona tiene diarrea y bebe poca agua, no recuperará el líquido y las sales que está perdiendo y, por lo tanto, acabará deshidratada.
Mantener el organismo hidratado es importantísimo, pues nuestros órganos necesitan agua para poder realizar sus funciones correctamente.
Los niños y los mayores suelen verse más afectados por la deshidratación debido que su reserva de agua es menor y los mecanismos encargados de regular la cantidad de agua se encuentran menos desarrollados.
La deshidratación en personas mayores puede acarrearles graves problemas de salud, como infecciones de orina o empeorar enfermedades que ya padecen.
Síntomas de la deshidratación en personas mayores
La deshidratación en personas mayores puede ser leve o severa y en función de esto variarán los síntomas. Los principales son:
Sensación de sed y sequedad en la boca
Cuando nuestro organismo detecta un déficit de líquido manda una señal, que es la sensación de sed.
Como hemos dicho las personas mayores, por el deterioro del organismo, tiene más dificultad para notar la sed, por lo tanto, para saber si la persona está deshidratada hay que fijarse en otros detalles como si tiene la boca seca, saliva espesa o insuficiente, labios agrietados o dificultad para masticar y tragar.
Cansancio o fatiga
El agua sirve de impulso al funcionamiento de los órganos y del organismo en general, por la tanto, cuando es insuficiente, el cuerpo no es capaz de funcionar correctamente. Si baja la cantidad de agua en sangre, baja la tensión y aparece el cansancio.
Orina escasa
Al faltar agua en el flujo sanguíneo los riñones tienen menos sangre que filtrar, por lo que se producirá menos cantidad de orina, que quedará retenida hasta que sea suficiente para ser expulsada. Esto aumenta el riesgo de padecer infecciones de orina y si la persona ya tiene problemas renales puede complicarse aún más. La orina suele ser de color oscuro.
Estreñimiento
Otro de los problemas que genera la falta de agua en el organismo es la alteración del tránsito intestinal, generando estreñimiento.
A menor cantidad de líquido, más secas y duras serán las heces y más costará su expulsión, lo que puede generar otros inconvenientes como dolor abdominal, hinchazón o falta de apetito.
Molestias musculares
Al deshidratarse no solo se pierde agua, también electrolitos y cuando estos son insuficientes en la sangre se genera una alteración en la actividad muscular, produciendo calambres y espasmos musculares.
Dolor de cabeza
Una de las respuestas que produce el organismo cuando nota la falta de líquido es la reducción del flujo de sangre y oxígeno a órganos como el
cerebro, lo que genera dolores de cabeza o migrañas. También pueden producirse náuseas y mareos.
Ritmo cardiaco acelerado
Al igual que con el cerebro, el corazón también sufre las consecuencias de la deshidratación, viendo alterado su normal funcionamiento, lo que puede provocar un aumento del ritmo cardiaco.
Piel seca
La deshidratación en personas mayores repercute directamente en la piel, volviéndola seca y áspera, con dificultad para estirarse, incluso puede llegar a agrietarse.
¿Cómo prevenir la deshidratación en las personas mayores?
Para evitar que las personas de la tercera edad se deshidraten, hay que estar atentos y ser previsores, sobre todo en verano y durante las olas de calor que nos hacen sudar más de por sí.
Hay que ofrecerles agua constantemente y estar encima para que beban a lo largo del día. La cantidad recomendada es de entre 2 y 3 litros al día. Si toma medicación, es un buen momento para obligarle a beber un poco más.
Aumentar su consumo de frutas y verduras, son un gran aporte de líquido y evitar el consumo de bebidas azucaradas ni estimulantes, pueden tomar otras como infusiones o zumos a modo de sustitución.
No dejes que realicen esfuerzos físicos ni salgan a la calle en las horas más calurosas.
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