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UROLOGÍA
La infección de orina o cistitis en hombres son escasas y suelen estar asociadas a un sistema inmunitario debilitado, malformaciones del tracto urinario, sexo anal sin protección, sondas o hiperplasia benigna de próstata (prostatitis).
UROLOGÍA
HOMBRE
La infección de orina o cistitis es menos frecuentes en hombres, ya que la uretra es muy larga y está muy separada del recto. Por ello, el foco de la infección suele ser interno al haber alguna obstrucción que impide el vaciado de la vejiga (hiperplasia benigna de próstata o prostatitis), sondaje o alguna alteración en el vaciado de los riñones. Otro factor que produce infecciones de orina o cistitis en hombre son las relaciones sexuales anales sin la protección de un preservativo.
INFECCIÓN DE ORINA O CISTITIS, ¿Qué és?
PROSTATITIS BACTERIANA, ¿Qué és?
La infección de orina o cistitis es la inflamación aguda o crónica de la uretra o de la vejiga debido a una infección bacteriana. La bacteria más frecuente es la Escherichia coli (E. coli), responsable del 80 por ciento de casos, Staphylococcus saprophyticus, Klebsiella pneumoniae y Proteus mirabilis.
Al contrario que en la mujer, en donde las infecciones de orina o cistitis suelen ser en la vejiga o en el riñón; en el hombre se suelen producir en la próstata (prostatitis) y los testículos (orquitis)
Para que se produzca una infección de orina o cistitis, normalmente las bacterias deben penetrar por la uretra (que es estéril) y ascender hasta la vejiga y llegar a la próstata. Posteriormente se produce una respuesta inflamatoria en la mucosa. A esta forma de infección de orina o cistitis se la denomina infección de orina bacteriana aguda o cistitis bacteriana aguda.
La mayoría de los casos de infección de orina o cistitis en hombres, se presentan durante la infancia o la edad adulta; cuando existen cambios fisiológicos importantes. Pese a que la prevalencia es menor que en las mujeres, en los varones el tratamiento suele ser más largo.
En hombres jóvenes las infecciones de orina o cistitis se dan en torno a un 2-3 por ciento y cuando aumenta el volumen prostático, alrededor de los 45 o 50 años de edad, se eleva esa cifra al 7 o 10 por ciento.
En el varón adulto, las infeciones de orina o cistitis aumentan a partir de los 50 años, relacionadas en gran parte con la hiperplasia benigna de próstata. Las infecciones de orina o cistitis pueden afectar en esta edad hasta casi el 30 por ciento de los varones mayores de 65 años.
El riesgo de sufrir infecciones de orina o cistitis es mayor en diabéticos, inmunodeprimidos, pacientes con piedras en el riñón, en sondados o con catéteres urinarios.
Existen también algunos problemas de salud en el hombre como uretritis, orquitis, epidermitis, o prostatitis, que pueden aumentar el riesgo de sufrir una infección de orina o cistitis.
Las relaciones sexuales anales sin preservativo pueden favorecer la aparición de infecciones de orina o cistitis, debido a la introducción de bacterias intestinales de la pareja por la uretra.
Los síntomas en hombres más frecuentes son: aumento en la frecuencia de las micciones, dolor intenso en la región suprapúbica, dolor interno en la base del pene, dolor y ardor al orinar, escalofríos, fiebre por encima de los 38°C, mal olor de la orina y orina turbia o rojiza.
Los síntomas de las infecciones de orina o cistitis en hombres jóvenes y mayores de 50 años son ligeramente diferentes:
- Hombres jóvenes: la infección de orina o cistitis suele cursar con prostatitis, que puede ser aguda (fiebre alta, dificultad para la micción, dolor y escozor importante al orinar, sensación de peso en la zona del ano y los genitales) o crónica (sangre en el semen, dolor en los genitales y en la zona baja de las lumbares)
- Hombres de edad avanzada: dolor y escozor al orinar o, en algunos casos, imposibilidad miccional, que obliga a la colocación de una sonda en la vejiga.
La prostatitis es una enfermedad causada normalmente por una infección bacteriana de la glándula prostática, produciendo inflamación en la próstata, llamándose prostatitis bacteriana. Cualquier bacteria que pueda causar una infección urinaria, puede producir una prostatitis bacteriana aguda. La prostatitis aguda puede reaparecer o convertirse en prostatitis crónica; esta última se define por la presncia de síntomas que pesisten durante al menos 3 meses.
La prostatitis bacteriana aguda está provocada por Escherichia coli (E. coli) en el 80% de los casos. La infección se debe probablemente a reflujo de bacterias desde la uretra, y/o epidídimo a la próstata. Aunque se sospecha que puede haber infecciones que procedan directamente del intestino, atravesando las bacterias las paredes del mismo. En los hombres de edad avanzada, la prostatitis suele ser consecuencia de patógenos urinarios, pero en los jóvenes son más frecuentes las formas debidas a gonococos o clamidias.
La próstata normal secreta una sal de zinc antibacteriana, pero tal secreción puede estar reducida en los pacientes con prostatitis bacteriana.
Los principales síntomas urinarios son: dolor al miccionar, orinar gran cantidad de veces, orina turbia e incluso con algo de sangre, dolor perineal y lumbar acompañados de fiebre y escalofríos y disminución del chorro urinario.
Tradicionalmente, el término «prostatitis» ha englobado al prodtatitis bacteriana aguda y crónica, en la que se acepta un origen infeccioso, y el término «síndrome prostatítico» o más recientemente SDPC «síndrome de dolor pélvico crónico», en el que no puede identificarse un agente infeccioso y cuyo origen es multifactorial.
+ INFORMACIÓN
El tratamiento de las infecciones de orina o cistitis en el hombre, es el mismo que en la mujer, y estaba basado hasta hace poco en los antibióticos fundamentalmente.
El tratamiento antibiótico con dosis única como una pauta corta (3-4 días) como sucede en las mujeres debe evitarse.
En los hombres, al considerarse las infecciones de orina o cistitis y las prostatitis como infecciones complicadas, la duración de los ciclos con antibióticos suelen ser más largos para asegurar la desaparición de la infección: entres 2-3 semanas. En algunos casos complicados crónicos, el tratamiento antibiótico hay que continuarlo hasta 4-6 semanas.
Una buena prevención evitará que se tenga que llegar al uso de antibióticos como tratamiento.
Para ello es fundamental conocer los factores de riesgo y los primeros síntomas de la infección de orina o cistitis y la prostatitis.
El éxito del tratamiento comienza con el antibiótico elegido, la existencia o no de anomalías anatómicas y del órgano afectado (mucosa vesical, próstata, epidídimo, etc).
El tratamiento ideal de una infección de orina también debe incluir una hidratación adecuada para reducir la población bacteriana.
Los tratamientos con antibióticos no han cambiado en las últimas décadas y las resistencias bacterianas han comenzado a aumentar, por lo que se ha hecho necesaria la investigación y desarrollo de nuevos tratamientos específicamente diseñados como preventivos y coadyuvantes al tratamiento antibiótico, compuestos por D-Manosa, probióticos orales específicos y extracto de arándano rojo.
Los tratamientos con probióticos orales combinados con D-manosa y extracto de arándano rojo, están demostrando gran eficacia y cada vez más están sustituyendo a los tratamientos con antibióticos.
Los complementos alimenticios ricos en D-Manosa, probióticos específicos y extracto de arándano rojo americano reducen la carga bacteriana tanto en próstata como en vejiga.
En el tratamiento de la infección de orina o cistitis y prostatitis aguda o crónica, la forma de uso será la misma:
- Urocran® Forte 30 sobres, 1 sobre por la noche durante 6 meses.
En niños (sobre todo en menores de 2 años) siendo la causa principal malformaciones o problemas funcionales que favorecen las infecciones.
Se calcula que afecta al 1%-3% de lactantes y preescolares. En algunos casos se acompañan de anomalías estructurales, y en otros casos, el origen puede estar en problemas de tipo funcional.
En los mayores de 65 años, debido mayoritariamente a la obstrucción urinaria producida por el crecimiento prostático (tanto de origen benigno como maligno). En torno al 25-35% de los ancianos que viven en residencias geriátricas tienen bacterias en la orina.
Pacientes portadores de catéteres: es uno de los factores más comunes y que más predisponen a padecer una infección de orina al manipular la uretra. Concretamente, lo más frecuente es la colocación de una sonda ya que facilita la entrada de microorganismos al aparato urinario. Debe limitarse su uso a pacientes que sufran retención urinaria, a pacientes críticos o con fallo renal agudo que requieren un control preciso del volumen de orina que producen.
La recurrencia de las infecciones de orina o cistitis y prostatitis en presencia de un tratamiento antibiótico correcto es baja.
Los factores de riesgo para la recurrencia de infecciones de orina o cistitis y prostatitis: hipertrofia benigna de próstata (HBP), piedras en riñon o vejiga, inmunodeficiencias o trastornos de vaciado del tracto urinario.
En el hombre muchas veces el antibiótico hace desaparecer los síntomas, pero queda un pequeño foco latente de infección y semanas después ésta se vuelve a activar, comenzando de nuevo la sintomatología, por lo que se debe siempre hacer una tratamiento conjunto de antibiótico + Urocran® Forte para conseguir la completa eliminación del foco de infección.
La recomendación más importante para prevenir las infecciones de orina o cistitis y prostatitis, es la prevención y/o el tratamiento que en el hombre adulto suele ser la hiperplasia benigna de próstata.
Como norma general, las medidas más efectivas para la prevención de las infecciones de orina o cistitis y prostatitis son una adecuada ingesta de agua (2-3 litros de agua diarios, para arrastrar las bacterias presentes en el tracto urinario), intentar conseguir el vaciado de la vejiga con regularidad (miccionar cada 2-3 horas), una correcta higiene de toda la zona genital y anal, y el uso de complementos alimenticios ricos en D-manosa, probióticos orales específicos y extracto de arándano rojo (Urocran® Forte) para eliminar la carga bacteriana presente en el tracto urinario.
En hombres jóvenes, y ante las primeras sospechas de una infección de orina o prostatitis, se debe acudir a un urólogo lo antes posible, para evitar la posible cronificación.
Los hombres mayores de 50 se deben hacer revisiones en el urólogo al menos una vez al año, para controlar el tamaño de la próstata. Así evitará un posible cáncer de próstata y descartará la presencia de hiperplasia benigna de próstata, evitando así la infección de orina.